Sonetos para plantas nativas y endémicas de México (Parte 1)

Maguey
Caracol de isósceles esmeraldas
que en espiral al azur cielo ascienden
midiendo de las nubes su volumen
y muestran corazón a carcajadas.
El canto almenado de sus espinas
zendo triángulo en canal corona
para sublimar la mano que brota
y extiende sus cinco yemas floridas.
Lauréola del campo mexicano
es el maguey que generoso crece
y se expande con sutil desenfado
sobre la fecunda testa de éste.
De la vegetación, escarapela;
resplandeciente sinople roseta.

Xayatin-2
«Xayatin» de Noé Zapoteco Cideño

Cacao

Bella mandorla de amarga simiente.
Cofre celoso de rico tesoro
que es un capricho de gusto exigente;
gemas fragantes que parecen lloro
del fruto partido, cual rocío en flor.
Alimento divino y espumoso
elaborado con agua en hervor
o en el vaivén del metlapil gozoso.
Mezclado con miel, almendra o canela;
sazonado con cacahuate, chile,
cardamomo, vainilla, menta aún sal;
es moldeado en cuadro, barra o esfera
resultando un delicioso confite
el chocolate que sueles degustar.

Flor de Nochebuena

Flor de cuero en encendido escarlata
con rayos dorados en su corazón
iluminando fría temporada
invernal con veladas de resplandor.
Hélice con álabes bermellones,
invernal rehilete dinámico
que encanta con sus bellos colores
a nuestro mes decembrino mágico.
De la misma forma se engalana
y florece cuando termina el año,
igualmente reposa en un letargo
para recibir al siguiente, en tanto,
nos recuerda que el tiempo es sólo un paso
más por esta vida frágil, mundana.
Maíz

Torre de Babel se torna el acahual
bien cimentada en el nelhuayote
que se corona con el dulce elote
tocado con cabellera de metal;
con verde totomoxtle engalanado,
rodeado de gráciles izhuates
que fingen cargar sol en mecapales
y dejan caer luces a su lado.
Sea blanco, amarillo, rojo o morado,
es del campo la más valiosa dote
que la tierra regala al ser humano.
Nixtamal, con metlapil hecho a mano;
guardián muy celoso del cuitlacoche,

carne nuestra encerrada en la mazorca.
Ahuacate

Fruto de la mantequilla pendiente
del brazo pleno de anisadas hojas
con cáscara imitando al mar, sus olas
en negro vaivén, de la playa, allende.
De terciopelo, el tacto de tu pulpa
que semeja el sinople del pistache
cubierta de la ropa de azabache
ofrecida por orden de natura.
Es tu centro, de las salsas, corazón
que engalana el cóncavo molcajete
del alimento grato cotidiano.
Puede consumirse dulce o salado,
sabiendo tan bien como lo parece
en el centro mismo del comedor.

Xayamiquitl-2
«Xayamiquitl» de Noé Zapoteco Cideño
Para citar este texto:

Monroy, José Carlos . «Sonetos para plantas nativas y endémicas de México (Parte 1)» en Revista Sinfín, no. 18, julio-agosto, México, 2016, 53-54pp. ISSN: 2395-9428: https://www.revistasinfin.com/revista/

José Carlos Monroy

Ha participado como colaborador en El Arcoiris de la Palabra, editado por La Cartonera en el marco del “Día de la Lengua Materna” en Xoxocotla, Morelos, y traductor para la SEDEREC del Gobierno del Distrito Federal. Como traductor sobresale su premio de traducción en el concurso 1×1 organizado por el Periódico de Poesía de la UNAM.

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