La educación bilingüe y la farsa calidad educativa

El mayor aprendizaje que adquiere o puede adquirir un ser humano, no está en las escuelas, universidades o centros de aprendizaje sino en la vida misma. Todo aprendizaje se construye con el paso de los días, de acuerdo a nuestras necesidades, intereses personales y demás. Las personas afortunadas como tú, como yo y otras más, lo adquirimos en el seno familiar, otras, aprenden a vivir cuidando animales domésticos a muy temprana edad para tener alimento y techo, otras más aprender a sobrevivir en las calles, en los trabajo forzados donde crecen. Esto no significa, demeritar el trabajo que hacen los profesores día a día dentro de las aulas porque ellos son parte de la construcción de conocimientos, tal vez más científica, más académica, más literaria o de otra índole, sin embargo, sólo son una parte.

"Stilts parade". Fotografía de Richard Keis
«Stilts parade». Fotografía de Richard Keis

La Educación Bilingüe (también llamada educación indígena), aquella que se inició hace más de 60 años, así como ha logrado posicionar una educación con valores y respeto a las lenguas originarias de México, también ha tenido sus desatinos y los sigue arrastrando  desde su creación hasta la actualidad y seguramente habrá mucho que trabajar para mejorar en los años posteriores. Este tipo de educación, ha sido estigmatizada por algunos como de baja calidad por no cumplir con requisitos reglamentarios de la educación implementada por el gobierno mexicano.

Históricamente, la educación bilingüe fue creada e implementada para castellanizar e “integrar” en el panorama nacional a todas las personas pertenecientes a los pueblos originarios,  según para “educarlos”. Sin embargo, no se pudo concretar tal proyecto como fue propuesto gracias a la resistencia de algunas comunidades y pueblos enteros, abanderados por sus maestros comprometidos con la lengua y la cultura. Esta tarea de sometimiento durante décadas, dejó muchas secuelas sobre las comunidades en donde esta educación fue implementada. Algunas de las más visibles son que la gran mayoría de los maestros bilingües quienes empezaron sus labores en aquel entonces, sus hijos y nietos, no hablan una lengua originaria, algunos sólo lo entienden y otros más son totalmente monolingües en español.

En el siglo XXI muchas de estas escuelas llamadas bilingües e incluso algunas llamadas ya interculturales, siguen arrastrando esos vicios de hace décadas. Para ilustrar lo anterior, menciono dos ejemplos: en la colonia de Cruz Blanca y San Francisco pertenecientes a la junta auxiliar de San Miguel de las Ollas, del municipio de Zautla, Puebla, donde trabajamos dando clases de lengua náhuatl con estudiantes de la licenciatura de Lengua y Cultura del 4º semestre de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla como parte de la vinculación comunitaria,  me dejó un sabor amargo porque al visitar a estas instituciones primarias bilingües de “habla náhuatl” me di cuenta de la falta que hace hacer más conciencia acerca de nuestro origen y la educación que se nos imparte desde la escuela. En estas colonias los padres de familia tienen plena confianza en los maestros porque piensan que ellos enseñarán a sus hijos a escribir y a hablar la lengua náhuatl, mientras que el maestro (el que tiene más antigüedad en la primaria), piensa que la responsabilidad no está en él sino en los padres de familia o en la gente de la comunidad, ya que en su horario de clases solamente tiene asignada dos horas por semana para enseñar la lengua náhuatl. Sin embargo, las diferentes actividades que tiene que cumplir derivado de la reforma educativa,  impiden el desarrollo de esta clase y ocupa ese tiempo para ver otras materias que “sí son importantes”, las cuales vienen en el examen que se aplica a los niños. El mismo maestro piensa que hablar el náhuatl es cosa del pasado, ya que la gran mayoría de la sociedad en la que se desenvuelve como Zacapoaxtla habla solamente el español. En realidad en estas instituciones lo que menos interesa al maestro es enseñar ese idioma porque según ellos “no hace falta”, para ellos la importancia consiste en preparar bien al niño para que en la evaluación de la reforma educativa, los niños puedan acertar a la mayoría de las encuestas y así, la escuela podrá ganar más recursos para infraestructura, alimentación y más apoyo, además de una vida medio-digna de maestro, porque podrá seguir laborando. En caso de incumplir con esta tarea, el director y otras autoridades bilingües estarán ahí para sancionar al maestro que no prepare bien al niño para los exámenes. Por ello, los maestros de estas instituciones en vez de preocuparse en como salvaguardar la cultura y la lengua, se preocupan por cumplir algunas exigencias, con tal de no perder el trabajo, por tanto, la lengua queda como el último plano en importancia educativa.

La buena infraestructura es de suma importancia para que el estudiante se sienta cómodo, pueda desarrollar sus actividades en plena confianza y no padezca de frío o calor. En instituciones como éstas,  aunque se cuente con los suficientes espacios para atender a los niños hace falta por mejorar las condiciones de infraestructura, como contar con agua, luz y buen techo. En la mayoría de las escuelas la hechura actual es de asbesto o de un concreto muy sencillo que año con año se deteriora. Además de que anualmente hay un crecimiento poblacional infantil dentro de las aulas. Por ello, más que abogar por la reforma educativa, se deberían de generar las condiciones adecuadas o necesarias para poder atender todas las necesidades básicas de los niños en las escuelas, desde espacios recreativos hasta una biblioteca o un laboratorio y seguramente más recursos económicos para contratar a más personal con perfil adecuado para atender a estos grupos. En éstas escuelas y seguramente en otras más del país, poco importa si el docente a concursar o a obtener la plaza, tiene el dominio de la lengua materna del lugar o no, porque al profesor le es permitido tomar cursos de actualización y aprendizaje de la lengua originaria, siempre y cuando el nuevo docente pertenezca a un pueblo originario, en este caso, náhuatl. Aun así el  docente sabe hablar y escribir la lengua, de todas maneras no es funcional porque la enseñanza en la escuela es en español y de las dos horas que tiene que enseñar la lengua materna, generalmente se sustituirá por otras materias. La lengua náhuatl sólo se toma como una materia más porque así lo estipula la Secretaria de Educación Pública (SEP) de este estado.

Para que un niño sea bien “educado”, provenga o no de una escuela bilingüe, se necesita tener al frente a un buen profesor con quien se pueda aprender no sólo los números, las letras o algunas fórmulas, sino que tenga un sentido humano, quien enseñe a respetar nuestro entorno, las plantas, los animales, el agua, la cultura en la cual nos desenvolvemos. Pero en nuestro México tan lindo y herido, encontramos que nuestro rector en educación es un joven con rasgos más de tipo político proveniente del partido más corrupto del país, de quien además jamás se había escuchado algo de él, ni tampoco se puede leer un ensayo o un artículo suyo muy bien sustentado en algún medio impreso que refiera acerca del tema de la educación en México. Si hablamos de educación bilingüe, seguramente sólo lo sabrá de oídas porque para enseñar en alguna comunidad con una lengua propia, se necesita conocer, hablar y escribir la lengua originaria, cosa que es imposible que pase por boca de nuestros políticos. En nuestro país la educación es medida a partir de la política de los politiquillos de siempre: ricos, corruptos e ignorantes ante lo que pasa dentro y fuera de las aulas en todos los niveles educativos, mientras que a los expertos en educación, no se les toma en cuenta porque son críticos ante la realidad educativa y política en la cual vivimos. Por obviedad, la educación en general debería de estar representado no por un militante político del PRI, sino por un intelectual que conozca las fortalezas y debilidades educativas que se enfrentan diariamente: no es lo mismo que un panadero diseñe la construcción de un edificio a que lo haga un buen arquitecto.

Para nuestros dirigentes la educación no es aquello donde el ser humano aprende a ser más respetuoso, más humano con su propio entorno, sino un número estadístico de personas que sobresalen en algo, por ello, el presupuesto que se asigna es muy bajo. A causa de ello, nuestra sociedad se va transformando cada vez narco, más corrupto y mafioso, mientras que las lenguas originarias habladas en México, tienen cada vez menos hablantes y menos importancia en el ámbito educativo.

En las escuelas de educación básica, sean bilingües o no, las lenguas originarias no debería de enseñarse sólo por horas, sino más bien, deberían de impartirse todas las áreas de conocimiento en la lengua originaria y convertirlo en una política pública donde se puedan adquirir el aprendizaje de un idioma tales como: el náhuatl, hñahñu, wixarika, tutunakú, ñu savi, ñdaa, mephaa, ayuujk, yokotan otras lenguas no mencionadas aquí, desde el ámbito escrito hasta lo oral. Así el término “multilingüismo” y “pluricultural” no se enmohecerían en la constitución u otro documento, sino que  se llevarían a la práctica.

“Niña nahua“. Fotografía de Mayra Álvarez
“Niña nahua“. Fotografía de Mayra Álvarez
Para citar este texto:

Tonalmeyotl, Martín. «La educación bilingüe y la farsa calidad educativa» en Revista Sinfín, no. 19, septiembre-octubre, México, 2016, 29-33pp. ISSN: 2395-9428: https://www.revistasinfin.com/revista/

Martín Tonalmeyotl
Martín Tonalmeyotl

Martín Tonalmeyotl, Atzacoaloya, Chilapa, Guerrero. Lic. en Literatura Hispanoamericana y mtro. en Lingüística Indoamericana. Campesino, narrador, poeta, traductor, locutor y articulista. Coordinador de la serie en lenguas originarias de México, Xochitlajtoli en la revista Círculo de Poesía. Autor de los libros: Tlalkatsajtsilistle ‘Ritual de los olvidados’ (Jaguar Ediciones, 2016), Nosentlalilxochitlajtol ‘Antología personal’ (Asociación de Escritores de México, 2017) e Istitsin ueyeatsintle ‘Uña mar’ (Cisnegro, 2019). Coordinador de las antologías poéticas: Xochitlajtoli/ Poesía contemporánea en lenguas originarias de México (Círculo e Poesía, 2019) y Flor de siete pétalos (Ediciones del espejo somos, 2019)

4 Respuestas a “La educación bilingüe y la farsa calidad educativa”

  1. Edgar Arbaiza

    Es una pena que el aprendizaje de las lenguas originarias se siga estigmatizando y que los pueblos se sientan derrotados y hayan olvidado la importancia de conservar y de trasmitir su idioma a las nuevas generaciones. Creo que es importante apoyar a estas poblaciones para que recuerden lo importante que es conservar su lengua para que eviten menospreciarla y puedan ellos mismos promoverla. Una labor fuerte, pesada, más no imposible para todos aquellos que nos interesamos en la defensa y revitalización de las lenguas indígenas de México y del mundo.

  2. Benigno Nepomuceno Morán

    Felicidades a todos los que hacen posible esta página electrónica.
    Yo soy del Estado de Guerrero y me siento muy orgulloso de leer lo que se escribe sobre la existencia de nuestras lenguas originarias. Yo orgullosamente hablo, leo y escribo mi lengua materna Me’phaa (antes llamada tlapaneco).
    Comparto totalmente lo que escribió Martín sobre su trabajo en las escuelas de educación básica en el contexto indígena.
    Hay vergüenza y dolor al ver y sentir que el uso de nuestras lenguas ya no sean tomadas en cuenta para dialogar con nuestros hijos; con nuestros hermanos, con todos los que nos rodean en la comunidad.
    El enemigo es la tecnología; no estoy en contra de ello, lo que estoy en contra son las formas de cómo se le enseña al niño hacer uso de ella.
    Se impone la enseñanza del Inglés, del francés, o de otras lenguas, pero menos la enseñanza de nuestras lenguas maternas en las escuelas bilingües.
    Me gustaría mandarles algunos escritos que he hecho, pero, no se si me acepten hacerlo.
    Me gustaría enseñarles mi lengua a través de cuentos, leyendas, mitos, historias, reflexiones entre otras cosas de la vida.
    Espero que alguien me diga o me responda este mensaje.
    IKHÚN MBI’YU BENIGNO YO ME LLAMO BEMIGNO.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *