Atenco: Mujeres en resistencia

En los últimos 11 años, San Salvador Atenco, municipio del Estado de México, ha significado un punto de conflicto entre los intereses de quienes tienen la propiedad de los ejidos y los de empresas trasnacionales, que buscan apropiarse de las tierras para llevar a cabo un proyecto aeroportuario. Sin embargo, un problema de origen campesino como Atenco, que movilizó a su población en pro de la defensa de la tierra se transformó en un agravio femenino que visibilizó la violencia de género y colocó a las mujeres, fueran esposas, hijas o madres de los presos como las principales protagonistas (actores) de un movimiento social con bases campesinas en un movimiento de reivindicaciones femeninas.

Cabe destacar que los movimientos sociales apelan a la solidaridad entendida como la capacidad de las personas participantes para definir y reconocer un sentido del nosotros, y desde ahí compartir, así como construir una identidad colectiva como producto del proceso de atribución de significado y de las cambiantes situaciones que motivan la acción colectiva (Melucci. 1994: 120), ya que no toda  movilización es un movimiento social, porque un conflicto social en la medida en que los miembros perciben una condición problemática o un aspecto de sus vidas no simplemente como una desgracia, sino como una injusticia, en un marco de interpretación se atribuye una significación colectiva a un sector social que tiene como propósito provocar, impedir o anular un cambio social; en ese sentido, se les reconoce su capacidad para generar orientaciones y trasformaciones socioculturales.

Los días 3 y 4 de mayo del 2006  se desarrollan los siguientes acontecimientos que marcan un antes y un después para San Salvador, Atenco. El primer día de los enfrentamientos, la policía entró a casas particulares de habitantes que no participaban en el movimiento y detuvo, de esta forma, a gente que no estaba involucrada. Del mismo modo,  algunas de las mujeres detenidas fueron víctimas de abuso sexual, por parte de los policías.

Gabriela Téllez Vanegas es uno de los casos que expone el documental “Romper el cerco”[1], como víctima de los policías  durante el enfrentamiento el 3 de mayo. “Venía de mi trabajo sobre la calle Manuel González, cuando vi un camión donde llevaban a los señores y señoras. Y me quedé parada, ahí me vieron los policías y uno me dijo qué me ves y otro dijo, súbela por pendeja. Me empezaron a agarrar la cara uno de ellos… y me metían los dedos en la boca y en  la vagina. Me obligaron a hacerle sexo oral, me agarró mis pechos y dijo ‘ésta está bien buena’ y ‘estás amamantando, ¿verdad, hija puta de  perra’”. Declara en el documental Gabriela.

Según reportes oficiales 42 mujeres fueron detenidas,  de ellas 23 reportaron abuso sexual por parte de los policías. En un mes sumaban más de 100 mujeres que levantaban la voz en contra del proyecto aeroportuario en San Salvador Atenco.

A partir de este tipo de agravios que sufrieron las mujeres de Atenco, aunados al encarcelamiento de padres de familia, hermanos e hijos pertenecientes al movimiento, las mujeres tomaron un papel protagónico. En primer lugar, por defenderse a sí mismas de cualquier ataque sexual que pudieran volver a sufrir por parte de la policía y, en segundo, en defensa de todos los hombres que fueron detenidos y encarcelados.

Es así como las mujeres comienzan a involucrarse y que su participación se puede interpretar bajo el concepto de “marcos de acción”[2] colectiva donde los valores de justicia, libertad y solidaridad actúan como cimientos desde los cuales justificar y legitimar las reivindicaciones orientadas hacia la defensa y profundización de la democracia, además de las libertades civiles de la ciudadanía.

Goffman señala que para identificar un acontecimiento y dotarlo de sentido, se necesita acudir a uno o varios esquemas o guiones de interpretación (citado por Rivas en Ibarra y Tejerina, 1998: 186-187). De esta manera, al hacer los acontecimientos significativos, los marcos desempeñan la función de organizar la experiencia y guiar la acción individual y colectiva.

Los marcos de interpretación se entienden como representación del interés colectivo producto de la interacción social, en tanto que expresan una estructura de expectativas que presupone una serie de mecanismos especiales para organizar y seleccionar acontecimientos relevantes y significativos. Así, la identidad colectiva es producto de la construcción social de grupos de personas, lo que implica la presencia de fines y medios, diversas visiones consensuadas o divergentes del conflicto y un cierto grado de compromiso emocional, que posibilita que sus activistas se sientan parte de una colectividad que actúa unida.

Por ello la relación de las mujeres de San salvador, Atenco  con el movimiento social en defensa de la tierra, en conjunto con otras organizaciones y movimientos logró ganar una  sólida identidad y seguridad en la formulación del proyecto político del Frente de Pueblos en Defesa de la Tierra en San Salvador Atenco (FPDT), colocando en la mira de los medios de comunicación y la discusión dos nombres de mujeres: Trinidad Ramírez y América del Valle.

América del Valle fue la primera en colocarse en la mira de la policía que comenzó a buscarla a partir  del 3 y 4 de mayo. Conocida  por ser, hija de Ignacio del Valle, dirigente del Movimiento en Defensa de la Tierra, exigió la liberación de los presos de Atenco como condicionante para entablar el diálogo con el Estado. Entre las primeras entrevistas que concedió se encuentra una exclusiva para Primero Noticias con Carlos Loret de Mola, donde acusó a las autoridades de mantener incomunicado a su padre, Ignacio del Valle, preso en el penal de La Palma, así como a su hermano.  La joven afirmó que el subcomandante Marcos no era su novio, sino su compañero de lucha, a quien calificó de “gran estratega”.  Al cuestionarle sobre la golpiza que habitantes de San Salvador, Atenco propinaron a un policía el día en que se inició el conflicto, América del Valle dijo que la imagen representa a “la gente golpeando al Estado”. Subrayó que no puede justificarse la violencia de los pobladores, pero tampoco debe hacerse con la actuación de los policías durante el desalojo del 4 de mayo, elementos a los que calificó de “asesinos y violadores”.

Asimismo, la hija del líder del movimiento, exigió la liberación de su padre y de “sus compañeros de lucha”, como condicionante para volver a entablar el diálogo. Además pidió que se terminara con la fuerza represiva, que en sus palabras, continúa en San Salvador, Atenco.

América del Valle en su comunicado  del 15 de septiembre de 2008, en calidad de perseguida política, expresó: “Estoy tan convencida de que vamos a ganar y de mi firmeza, que cuando me enteré que a mi padre le aumentaban 45 años más, a los 67 años y medio de presidio, hice la suma que da un total de 112 años, más de un siglo, y pensé: -mi padre, necesita tener otra vida para que se pueda cumplir la aberrante sentencia. Lo cual, prácticamente no es posible y yo, y mis hermanos y mi madre y su familia y su pueblo, no estamos dispuestos a soportar que el resto de su vida se la dejemos a los buitres que tanto miedo le tienen por ser lo que es: un gran ser humano, incapaz de ser indiferente a cualquier injusticia, incapaz de abrigarse y llenarse la boca mientras el pueblo pasa hambre, frío, dolor.”

Con América del Valle como perseguida política y su padre preso, la movilización del FPDT, se quedó al mando de Doña Trini (Trinidad Ramírez), esposa de Ignacio del Valle, quien a partir de entonces se convirtió en la portavoz de su hija y su esposo.

De esta forma el anterior análisis deja sobre la mesas las siguientes hipótesis para entender el papel de las mujeres en Atenco:

1.- El Movimiento de Pueblos en  Defensa de la Tierra de  Atenco, configura  una relación entre  Estado y sociedad civil que equipara la racionalización del mundo de la vida y el aumento de la complejidad del sistema social, en el mercado y en el espacio de interacciones económicas

2.- La participación de las mujeres en el Movimiento de Pueblos en Defensa de la Tierra en Atenco constituye un nuevo sujeto político en el ámbito de movimientos sociales de base campesina.

3.- El Movimiento de FPDT crea un nuevo espacio de regulación política entre actores y gobierno y cuyo principio de relación con los individuos particulares se alcanza mediante la ciudadanía.

4.- En Atenco surge una sociedad civil basada (como en el caso de la ciudadanía) en términos de derechos, sino a partir de las asociaciones voluntarias de los individuos libres y con múltiples objetivos.

Hipótesis que podrán ser respondidas a partir de la aproximación biográfica que reivindica un conocimiento compartido, entre dos, gracias a la intersubjetividad en la interacción, en la cual el sujeto “conoce al precio de ser conocido”. De este modo, toda entrevista biográfica es una interacción social completa y compleja, en la que las normas y valores implícitos, las expectativas, las exigencias, juegan roles importantes. De aquí que, según Ferrarotti (1979), una condición epistemológica del proceso de investigación biográfica sea la implicación de quien investiga; y el riesgo de la conmoción, una necesidad.

De este modo, para Ferrarotti (1983), el método biográfico se ubica más allá de cualquier método cuantitativo y experimental, es subjetivo, cualitativo y ajeno al esquema de hipótesis y verificación. Representaría así, la superación del cuadro lógico formal y del modelo mecanicista característico de la epistemología científica establecido, al utilizar más bien la razón dialéctica, única capaz de comprender científicamente un acto, “de interpretar la objetividad de un fragmento de historia social partiendo de la subjetividad no eludida de una historia individual”.

La aproximación biográfica permite aprehender lo que es más profundo, propio de cada uno, aquello que escapa a las regularidades objetivas, a lo que todo el mundo conoce o puede conocer. Nos pone en relación con lo que es diferente, la particularidad, la singularidad. De este modo, hace accesible lo marginal, las rupturas, los intersticios y los equívocos. Es decir, con ella la subjetividad y la singularidad adquieren valor de conocimiento.

Para algunos autores, la aproximación biográfica es una ruptura radical de la forma tradicional de concebir la realidad, de analizarla, de comprenderla; su tarea principal es operar una mediación entre la historia individual y la historia social (V. de Gaulejac 1992), superando así la brecha que separa el campo psicológico del campo social (Ferrarotti 1983).

En un sentido general, se puede decir que no hay una “aproximación biográfica” única, sino muchas maneras de desarrollar y aplicar esta orientación (Bertaux. 1980: página). Desde el punto de vista de las disciplinas, su desarrollo abarca tanto la sociología, la antropología, la educación como la psicología (Bertaux 1976) (Pineau 1983) En relación con las prácticas, sus aplicaciones presentan múltiples combinaciones, relativas a las diferentes orientaciones, condiciones y finalidades del trabajo propuesto. Con relación a sus objetivos implícitos o explícitos, Pineau y Jobert (1989) plantean que pueden orientarse a la comprensión, a la acción o a la emancipación.

Según Clapier-Valladon y Poirier (1984), el interés del trabajo biográfico, cualquiera que sea el nombre que se le dé y los matices que presenten sus prácticas, es aprehender y ligar, al mismo tiempo, lo subjetivo con los acontecimientos. Es posicionar al ser humano como un universal singular que individualiza la generalidad de la historia colectiva.

De esta forma la participación de las mujeres significó dos cosas. La primera,  entender cómo las mujeres durante los últimos años  juegan un papel importante en el ámbito laboral  y se incorporan en un movimiento social que en el pasado sólo se creían exclusivos de hombres. En segundo lugar, significó acercarse a las mujeres que dentro de un movimiento de este carácter su protagonismo y trabajo se sumó a los intereses de los pobladores de San Salvador Atenco, sin importar su condición de género.


[1]  La siguiente recreación de los hechos en  San Salvador Atenco  se reconstruyó a partir del Documental Romper el cerco. Este video analiza los sucesos ocurridos en San Salvador, Atenco durante los primeros días de mayo del 2006, y denuncia las violaciones de Derechos Humanos de la población civil por parte de las fuerzas policíacas del Estado de México. El documental desmonta, asimismo, el modo de operar de los medios de comunicación masiva, responsables de crear un ambiente de miedo y de tender un asedio informativo en torno a los hechos que tuvieron lugar en el poblado, en el marco de una situación especialmente delicada: el proceso de sucesión presidencial en México del 2006.
[2] El concepto de «marco» introducido por Irving Goffman (1974, citado por Rivas, 1998) para investigar la naturaleza de la construcción social de la realidad.

Para citar este texto:

Arellano Barrera, Nasheli. «Atenco: Mujeres en resistencia» en Revista Sinfín, no. 1, septiembre-octubre de 2013, México, 73-76p.
https://www.revistasinfin.com/revista/

Nasheli Arellano Barrera

Es Coordinadora de Comunidades en Autoexplora, Licenciada Ciencia de la Comunicación (Periodismo) por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM) y Licenciada en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.

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