Señoría, con su venia, él era un perro
Le gustaba el viento y los parques y felicitar a la gente por sus vidas
Para los perros la vida es una fiesta
continua
Señoría, si le decimos
que en su toga hay un perro, que en su corazón habita un perro
Que ahora mismo –el escribiente transcribe todo– nos escucha un Gran Perro
Prosiga
Pues bien murió con la cara seca mirando al sol
Pues bien falleció entre soledades y soledades
y soledades que venían a visitar a esas soledades,
pero no a él
Prosiga
Sin agua, sin comida, el dueño de la casa se fue corriendo por las antenas y por la serie La casa de la pradera
Lo anoto
Llegando las hormigas desde el sol
Lo anoto
Arañó la puerta
y ladró
y lloró pateras y Napoleones
y cristos y prados con su pelo cabalgante intentando llegar a las ventanas
Duro es, sí, pero aún no veo delito, ni precio a la falta. Prosiga
No tenía burros blanquitos que se acercasen a pacer en su río
No ha lugar a delito
Ni henos amarillos, centella alguna, Señoría. Caracolas, eso sí, negras caracolas a mares, bebía de un agua imaginaria que cada vez le daba más sed,
lo salaba lo tornó de papel
Lágrima de sangre en su ojo, la última, se encendió como cerilla
Anoto
Y resbalar en su propia mierda
y dormir llorando planetas y colibríes sobre sus propios orines
–Las nubes a veces yo las he visto así de tristes –anota el fiscal
Y en la casa todo era basura
Los que van al campo dejan su basura
Comen al lado del río, quizá hacen el amor, cantan canciones
Y para el bosque negro, ya en la noche, sólo queda esa basura como luces de odio
Eso es triste, sí –dice el juez–. Pero
crecían caléndulas o algún tipo de buque o tiemblo cerca de esa… finca?
Quiero decir… ¿Se vio algún toro alguna vez que lo llamó… a él?
Uno de color todo verde, Señoría.
Anoto esto. Y…
Ese perro, ese guante, ese misterio…
dicen ustedes que podría decirse que miraba con la cara seca hacia el sol desde una montaña violenta escalofriante gigante de basura, como una finca más de la ciudad, enorme perro constituido de bolsas de basura como pegadas,
gárgola viva de vertederos
Can que llega hasta el cielo con todo lo que sobra
andando hacia decir
por autopistas
por calles por aulas
¿Nadie lo vio?
–¡Protesto! –refunfuñó el fiscal–. No compare a la ciudad con canes
–Aceptado –dijo el juez–. Continúe letrada
En verano los viernes cuando yo era pequeña
salía antes del colegio, lo recuerdo
y me tendía entre la tierra rosada lejos de las casas mentirosas,
con los brazos estirados y los ojos cerrados
notaba subirse por mi piel los insectos
los distintos tipos de voces del mar de estos suelos amarillos y altos
ojos cerrados
yo atenta
Con esto
digo
Ese perro era un hormiguero
Aquel perro era un fresno o una altura de copas movida por el aire
Ese perro es todo lo hermoso vivido por todos
Ese perro es harina
Crueldad de las mazorcas
Yo ya no digo más que mi lengua sabe a rosas y deliro
Por supuesto que tenía la cara seca, señor juez, y orientada al sol. El cuerpo seco, de hace semanas muerto, miraba al sol, pero sin ojos
sólo lo miraba la luz su muerte
Suficiente –dictó el juez
Con lo del toro todo verde abriéndose paso por toda una ciudad ya tenía decidida la condena
Con lo de que no sé si sabré llegar hasta mi lecho esta noche
ya tenía decidida la condena
Con no ver ahora mis manos ni mi pasado
Con estar viendo mi toga de color blanco, ya ve usted,
ya tengo la condena
–Ahora entiende
–Lo sé
Y que todos venimos de unos mismos labios y horizonte
por donde vio llegar Mike Olfield sus Tubular Bells
Entonces
Gracias, adiós
Gracias, adiós
Gracias, adiós
Gracias, adiós
cuéntame, cariño mío, el origen de todo
Dime, baby, si todo esto es un perro eternamente abandonado
por qué no lo oímos
su ladrido de paisajes repartidos por todos los países
Dime, cariño, si cantarás para mí esta noche.
[Del poemario «Door to Hell»]
Ángel Padilla
Es un poeta español con larga trayectoria de libros publicados, presencia en antologías y tratados sobre poesía contemporánea, premios literarios nacionales e internacionales y tratamiento de su obra en congresos de nuevas corrientes literarias. Ha llevado a cabo varios actos de agitación cultural y desobediencia civil. Página Oficial: http://www.poetanimales.com/
Tengo el corazón encogido.