Reinaldo:
Debajo del pozo vacío que está al fondo de la casa se esconde la noche la muerte la nomuerte te llaman a gritos para que asomes la cara a la boca lodosa
i) Es por eso que te bebes la luna reflejada en el pozo del patio de la casa
ii) En ese mismo pozo tu madre se suicida una y otra vez
iii) Tu madre está condenada a no vivir, a no morir: tiene el pretexto perfecto para ignorar el susurro del sueño
iv) Tu madre preferiría dormir sobre la sombra de la impotencia metálica, pero no puede más que suicidarse una y otra vez
El reflejo de la noche salpica por todo el patio: salpican las últimas gotas las fosas comunes el dolor del tiempo las rodillas de la muerte te aburres de ver a tu madre saltar/no saltar/no morir/no vivir
v) Te dan ganas, Reinaldo, de saltar con ella y nadar dentro del pozo
vi) El pozo es el Caribe Cubano que lame las costas costrosas de la isla
vii) Duermes, Reinaldo, duermes siendo Celestino; antes del alba dejarás de serlo
viii) Serás Abel García Hernández, con la primera baba del alba colgando de los ojos
ix) Serás Julio César López Patolzin, encerrando el último lamido del mediodía dentro de tus manos
x) Serás Antonio Santana Maestro, alargador de las raíces de la viscosa luz
xi) Serás la noche de tu madre. Y llorarás
Jesús Koyoc Kú
Cancún, Q. Roo, 1992. Estudiante de Literatura Latinoamericana por la Universidad Autónoma de Yucatán. Ha publicado en las revistas Delatripa… narrativa y algo más, y Simulacro.