Reposa en cada paso,
se sienta (a ratos) en su sombra.
Es bandera simple y desgarrada.
Mano espía.
Un grito está gestándose en la calle.
En el traspatio el tiempo espera inconmovible
para saltar con furia sobre el silencio
y detonar las mil formas de guardar reposo.
En medio de la calle intolerante agita el pecho,
exhibe el rostro camuflado,
extiende los perdones repartidos,
cuenta sus fracasos nuevamente.


Osmari Reyes García
Escritor