Desde el ángulo más abierto
de mi despiadada omnipresencia
diviso tu huella
de labios,
El surco
y humedad.
En un terrible rojo
espero tu recorrido
altisonante,
al más pesado,
al que pueda tildar
mi más desahuciada
a de grito.
Con mi observación atenta
que atenta contra mi pasividad,
en espera de tu frío beso
infalible.
Ese nunca más abrirá los ojos del compañero,
ese no bailará el carnaval de Pan,
ese no bostezará a mi encuentro,
ese desperdiciará mi sangre,
ese no derramará más mi estar muerto,
ese al fin me sacará de esta guerra.
Para citar este texto:
Sepulveda, Arón. «Mío óbito» en Revista Sinfín, no. 1, septiembre-octubre de 2013, México, 37p. |
Arón Sepulveda
Puebla, México.