Redada

Un helicóptero sobrevuela mi vecindario
en busca de una fiesta clandestina
la estela de un auto dado a la fuga
o quizá solo sea el helicóptero de algún canal de televisión
en búsqueda de carroña
una tragedia de la que alimentarse

Pero no: solo reportan las largas colas para ingresar al mercado o el banco de la zona
El animal sobrevuela y sobrevuela con un zumbido que ahoga la música que emana de mi habitación
Mis gatas levantan la mirada al cielo: sus pupilas dilatadas y la piel erizada
Gruñen o buscan refugio bajo mi cama

No estamos en una guerra ni caen bombas
Pero nos sentimos permanentemente vigilados
Nos llaman foco de infección

Mi casa es la más alta del vecindario
la primera torre en ser derribada
Cierro mis cortinas: el barco se hunde y mi familia huye desesperadamente en distintas direcciones

No hay tiempo

Mi mamá se lleva uno de sus tantos álbumes fotográficos [el más pequeño, aquel que le recuerda que alguna vez no fue madre]
Mi hermano mayor le toma la mano a su esposa y ella asiente con la cabeza como única respuesta [se marchan así, sin nada, con las manos entrelazadas]
Mi hermano menor llena sus bolsillos de monedas coleccionables [monedas sin valor] y me abraza antes de cruzar el umbral de la casa

Yo soy incapaz de dejar a las gatas
Si me voy, ¿quién les dará de comer? ¿quién limpiará su arenero?

Han transcurrido algunos meses desde que todos se fueron
Incluso mis vecinos se desvanecieron como si solo los hubiera soñado
Mis gatas y yo nos hemos acostumbrado al zumbido del helicóptero
Ahora sobrevuela sobre nuestras cabezas por horas y horas
No se anima a lanzar su siguiente movimiento
No se anima a convertirnos en carroña
Pero lejos de sentirnos agradecidas, bostezamos y vamos a la cama o a tomar el sol
Con los brazos extendidos como una estrella de mar
Mientras la marea crece y crece hasta cubrirnos por completo