Tú mi amigo sincero en las buenas y malas,
Juguetón, inocente y travieso como un niño,
De temperamento versátil y desconcertante,
La chispa que faltaba para encender la llama.
Compañero en los senderos desconocidos de la vida,
Que por tanto tiempo cuidaste mi camino,
Cubriéndome de la lluvia para que no me alcanzara,
Abriéndole paso al sol para que me cobijara.
Tú mi novio amoroso que poemas recitaba,
Que acordes empalmaba creando armonía,
De palabras dulces y sentimientos sinceros,
La droga que le falta a mi cuerpo en el día.
Amante fiel y entregado siempre,
Complaciente de cada uno de mis deseos,
Merecedor de cada instinto escondido,
Somos dos más no convertimos en uno mismo.
Solo tú puedes ser un amigo incondicional,
Sin dejar de de lado al compañero sigiloso,
Con la singularidad del amoroso novio,
Y la sagacidad del amante cauteloso.