En el jardín de los vientos. Obra poética (1974 – 2014)

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Con una más que destacada producción, integrada por 17 libros, el poeta Luis Alberto Ambroggio (Córdoba, Argentina, 1945), ha logrado una consistente obra y se ha instalado por méritos propios en el panorama del castellano en los Estados Unidos, desde la aparición de su primer título, Poemas de amor y vida (1987), hasta el más reciente, Todos somos Whitman (2014).

    Los más esenciales temas tocan a su poética, por lo que nada que afecte al ser humano le es ajeno. Y todo, guiado por la finalidad de «conjurar la aventura de la existencia», según definen los editores del presente volumen.

    En cuanto a los procedimientos, ya en «Prefacio», primer texto, emplea dos paralelismos de los que hará uso en el resto de su obra, como igualmente, comienza las cuatro estrofas del poema con el mismo verso: «Libro de hojas blancas».

    Así, en la segunda estrofa, entrega su primer símil: «Libro de hojas blancas / puras y simples / como tabla rasa / con sangre escrita / de mi mano franca». Y en la tercera, incluye otro: «Libro de hojas blancas / uno de los hijos / que yo creara / como a mi imagen / y semejanza».

    El filólogo andaluz Enrique Baltanás, al abordar su poética, afirmó: «Luis Alberto se aferra al manantial seguro, inagotable, de donde bebe tanto la poesía como la vida». Nos resulta muy certera la definición de Baltanás, quien con razón lo denomina «Hombre del aire»; mas no solo por su dedicación al mundo de la aeronáutica, sino porque nuestro autor destaca por su rica imaginería.

    El tema de la aviación, pues, le llevaría a su primer libro, donde advertimos la huella del Neruda de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, como podemos advertir en «La despedida»: «Despedirse es decir adiós a un avión que se pierde de / repente entre las nubes y verlo que se aleja / de muchas maneras, definitivamente, / mientras sube. // Despedirse es un beso con lágrimas / de ojos que se nublan no se miran pero sienten. / Es un abrazo que quiere retener dos almas / que han de separarse. // Despedirse es estar y no estar / ver y no ver, sentir y no sentir, como en un minuto. // Es volverse a encontrar increíblemente solo uno. // Y mientras un avión se va / o un tren desaparece como línea en la distancia / la sonrisa de estar juntos / se convierte al instante en una lágrima. // Despedirse es morir un poco / en la cárcel universal del tiempo y el espacio; / es comenzar a añorar de lejos / a seres queridos que alguien tristemente se ha llevado».

    El mismo tema reaparece en su siguiente poemario, titulado Hombre del aire (1992), donde dedica varios textos a su segunda pasión: «[…] escaparse a las estrellas».

    Su rica abundancia de imágenes deviene en uno de los principales méritos de su lírica. Entre los cuantiosos ejemplos que nadan en el amplio río de su poética, sobresale Oda ensimismada (1994), su tercer libro, donde expresa con mayor amplitud su vocación metafórica. Así, en el primer verso del poema 13, evidencia tal riqueza: «Horizonte antiguo del regreso»; al pasar la página, los cuatro versos iniciales del poema 16 corroboran su abundancia versal: «Anclaré este sueño / a la orilla de Acuario, / o Piscis o Aries, / el que sueñe conmigo».

    Al continuar revisitando este título, salta, en el poema 34, un formidable dueto: «He acostado el día / en un sueño imposible». Y como para complacer aún más al lector, el poeta le regala en sus versos finales: «El corazón que late vida, / silenciosamente duele».

    Poemas desterrados (1995), muestra desde su primer poema: «Entrega de sombras», su utilización de eficientes imágenes, como corrobora su segunda estrofa: «[…] las noches, cielo de sombras, / no pueden oscurecer los recuerdos».

    «Desengaño» (fechado en Múnich en 1992), añade varios versos que ratifican su capacidad innovadora de dotar de inesperadas imágenes a sus poemas: «El día abrirá mañana / otra botella / de vino azul templado. // En los cafés se toman/ encuentros y despedidas / mientras compartimos sin maquillaje / las calles de nuestra soledad».

    Podríamos continuar por los diversos temas y aspectos de la vasta poética de Luis Alberto Ambroggio, pero les invitamos a que se sumerjan en ellos.

    En suma, nos place haber leído En el jardín de los vientos, que ahora tienen a su disposición, para el disfrute de la valiosa creación lírica del poeta y ciudadano del mundo que es Luis Alberto Ambroggio.

SOL DE PALABRAS

Todo es poético en cuanto nos confiesa un destino,
en cuanto nos da un vislumbre de él.
Jorge Luis Borges
Vivo.
Soy en alguien.
Nací antes de nacer
en el cuerpo del deseo.
Existo enamorando
los alientos más allá de la muerte.
No quiero sentirme soledad.
Me eligieron las palabras.
Conozco la historia de los delirios.
Vivo en el sermón del viento,
nunca solo,
siempre en alguien
que alberga el calor de mi día
y vive,
vive,
vive…

©Luis Alberto Ambroggio (EN EL JARDÍN DE LOS VIENTOS. OBRA POÉTICA 1974-2014).

EN EL JARDÍN DE LOS VIENTOS
de
Luis Alberto Ambroggio
Obra poética (1974 – 2014) | Colección Pulso Herido
Nueva York: Academia Norteamericana de la Lengua Española (2014)

En el jardin“Los diecisiete poemarios de Luis Alberto Ambroggio muestran una elíptica frecuente en la evolución del
pensamiento poético de los creadores trascendentes. Ambroggio crece con su poesía en el recorrido por una realidad cotidiana cada vez más consciente de su precariedad y abierta a la problemática incesante del tiempo… Brillante, profunda, furtiva, la escritura de Ambroggio cruza dos siglos y se revela como una de las más importantes poéticas en español escritas en los Estados Unidos”.

Carlos E. Paldao y Rosa Tezanos-Pinto (Editores)
Prólogo del libro

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