La muerte tiene los días contados, de Mario Meléndez es un poemario publicado en el 2010 por la casa editorial Laberinto Ediciones. En él, se aborda con actualidad desde un lenguaje sencillo, pero no por ello falto de belleza y de recursos, el tema abrumador de la muerte. A mi parecer, por la finalidad y perspectiva con la que se explora la figura de la muerte, el poemario podría dividirse en tres grandes bloques.
En el primero, la voz lírica asocia a la muerte con la divinidad, con sus orígenes míticos, al tiempo que nos advierte de su presencia en nuestras vidas. No obstante, es hasta el poema La muerte en el calvario en donde se intrincan los papeles, en donde asoma el cambio de perspectiva: en lo particular, considero que el autor retoma la figura de Jesucristo no sólo por su propósito trasgresor, deicida, sino porque además procura fijar nuestra mirada en nuestro gusto por el espectáculo. Evidentemente, la muerte de Cristo es, sin lugar a dudas, una de las más conocidas y representadas. Asimismo, la presencia de los artistas plásticos poco a poco se va incorporando al igual que el empleo de los géneros discursivos-médicos, periodísticos-que perfectamente podrían pasar por extraordinarias microficciones. Este recurso para mí, nos devuelve a la inmediatez, a las jerarquías totalizadoras con las que generalmente asimilamos nuestra realidad cada vez más veloz y desapegada
En el segundo bloque, que delimitaré a partir del poema El extraño caso de la santa muerte, considero que hay un cambio de tono, de intención. Sí bien desde el principio ya había algunas muestras, algunos indicadores de su finalidad provocadora, es a partir de este momento que se empieza a configurar la muerte como un ser endeble, de características humanas, posible de parodiar y sentir compasión por ella. Probablemente es aquí donde entra en juego la idiosincrasia mexicana, parte de la herencia y visión que Mario Meléndez adquirió durante su residencia en México. La sociedad comienza a reflejarse: esa inigualable indiferencia de ignorar lo que se comerá al día siguiente o incluso el absurdo simbólico de llegar tarde a la hora de la muerte, de beber tequila para resucitarse.
Por último, como si la muerte ya no fuera un tema universal, Mario Meléndez empieza a sumar- a partir del poema La muerte soñó con Chuang Tse-hechos, lugares y personajes que son del dominio público. De este modo, vemos aparecer figuras como el Furher, Stalin, Herodes, Maradona, Michael Jackson; así como las que creo son sus preferencias literarias: Vallejo, Benedetti, Rimbaud, Baudaliere, Chuang Tsé.
Es de esta manera como termino mi intervención, agradeciéndoles de antemano el espacio para lectura y desde luego invitándoles a que lean la obra de Mario Meléndez, uno de sus poemarios que, sin duda, renovará su fe por la poesía. ¡Enhorabuena!
Saludos.
Para citar este texto:
Ferrera Montalvo, Jorge Daniel. «La muerte tiene los días contados, de Mario Meléndez» en Revista Sinfín, no. 3, enero-febrero, México, 2014, 52-54pp. |

Jorge Daniel Ferrera Montalvo
(1989, Mérida, Yucatán, México). Escritor, narrador y ensayista. Estudiante de literatura latinoamericana por parte de la Universidad Autónoma de Yucatán. Colaborador del Diario Notisureste y editor en la revista electrónica Delatripa: narrativa y algo más. Publicaciones: ha sido publicado en las revistas Punto en Línea y Sinfín, en la revista El Búho, del escritor René Avilés Fabila; en la gaceta electrónica Río Arriba; en la revista Letralia, Tierra de letras; en la revista Palabras Diversas; en la revista Cronopio de Colombia y en la revista chilena Experimental Lunch. Asimismo, ha sido incluido en la Antología de microficción Pluma, Tinta y Papel y en la antología Virtual de Minificción Mexicana. Otros espacios de publicación han sido: Al final de la vigilia, del escritor Carlos Martín Briceño y los suplementos literarios Letras en rebeldía y Yucatán Hoy.